4 de noviembre de 2008

Gibrán Jalil Gibrán

Anoche inventé un nuevo placer, y cuando lo iba a disfrutar por vez primera, llegaron violentamente a mi casa un ángel y un demonio.
Se entraron en mi puerta y disputaron acerca de mi nuevo placer.
El uno gritaba:
¡Es un pecado! y el otro decía: ¡Es una virtud!

En El loco

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